Cada vez que viajo a la capital del Ecuador, cumpliendo siempre las normas de tránsito, acurren una serie de episodios de contrariedad y frustración, por cuanto a pocos minutos de encontrarme en la carretera ya tengo carros fastidiándome con señales de luces, pitos, para que les de paso, entre ellos no solo carros livianos sino, buses, furgones, camiones, a una velocidad fuera de las normas recomendadas por la Ley, pero si no hago lo que me piden, vaya a ver las señas, gestos y epítetos a lo que se está expuesto. Qué harían estas personas si estuvieran en Alemania en donde no existen agentes de tránsito en la vía pública, en este país las instituciones de control no son necesarias, por el grado de conciencia que tienen sus habitantes.
Los accidentes de tránsito son uno de los principales problemas de salud pública, afectan de forma desproporcionada a usuarios, que se producen a consecuencia de una acción riesgosa, irresponsable o negligente de un conductor, pasajero o peatón, ya sea en las vías de una ciudad o en la carretera; se dice que gran parte de los accidentes de tránsito son predecibles y evitables, por eso es importante insistir en las campañas de prevención contra estos eventos.
El Ecuador ocupa el segundo lugar en mortalidad por accidentes de tránsito en América Latina, 28 muertes por cada 100.000 habitantes, según el reporte sobre la seguridad de las vías de la Organización Mundial de la Salud, Sin embargo, el director de Justicia Vial, aseguró que la verdadera tasa del país estaría en 32 muertes.
De acuerdo con la información de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), los accidentes se producen por impericia o imprudencia del conductor, por irrespeto a las normas de tránsito, por exceso de velocidad, por embriaguez, en suma la situación no ha mejorado desde la aprobación de la reforma a la Ley de Tránsito. Esto se debe a que la autoridad encargada no tiene la voluntad de hacerla cumplir, cuando es completamente aplicable; esto, por ineficiencia de las instituciones encargadas de la regulación o por compromisos con los sectores que deben ser controlados. La solución no es aplicar sanciones más drásticas, porque el punto está en cumplir la Ley, desarrollar una educación vial por todos los medios destacando la importancia que tiene la vida, regular las frecuencias de los buses, verificar el cumplimiento de las capacitaciones de los choferes profesionales entre otros. [O]
Por: Luis Reinoso