Las repercusiones de la pandemia de COVID-19, en la comercialización y distribución de los sistemas alimentarios en diferentes regiones del mundo, ha preocupado a muchos autores que tratan de explicar de manera global las características de los sistemas alimentarios y sus efectos; así como reflexionar sobre las experiencias y las perspectivas de las comunidades que han sido más duramente golpeadas en entornos rurales y urbanos.
Los resultados se obtuvieron gracias a la colaboración de los Grupos de Trabajo sobre políticas agrarias de diversas fundaciones internacionales en países donde más han sufrido en obtener alimentos para su población. También se debaten las consecuencias de la pandemia prestando especial atención a los pequeños productores de alimentos, de cuyo trabajo depende la alimentación de la mayor parte de la población mundial, y a los trabajadores agrícolas invisibilizados que cultivan, cosechan y empaquetan la comida que se vende en supermercados y otros puntos de venta de alimentos.
La COVID-19 dejó aún más al descubierto la inequidad y la gran concentración que caracterizan a los sectores de distribución y comercialización de alimentos; por tal motivo, se analiza las consecuencias de la pandemia de COVID-19 para el acceso a los alimentos y se examina los modos en que la pandemia dejó al desnudo las profundas contradicciones de las cadenas agroalimentarias.
También se observan las consecuencias socioeconómicas, los ataques a los trabajadores agropecuarios, las violaciones del derecho a la alimentación, la agresiva apropiación del sistema de producción y comercialización de alimentos por parte de las grandes corporaciones, los niveles de concentración en los sistemas alimentarios, la inequidad en la fijación de los precios de los alimentos, la incoherencia en las políticas alimentarias, y el papel del Estado y de las organizaciones sociales que producen y distribuyen alimentos. Cabe destacar que las experiencias de los movimientos sociales y las organizaciones campesinas durante la pandemia muestran que es necesario crear sistemas alimentarios locales.
En medio del desastre y la angustia que provocó la pandemia de COVID-19, surge un rayo de esperanza cuando se advierte que, para sostener la vida, las nociones de comunidad, cuidado y reciprocidad son esenciales. Los informes ofrecen vistazos a los posibles sistemas alimentarios y agropecuarios pos-COVID-19 a través de la indagación de los pasos y estrategias que serían necesarios para promover este cambio.
En nuestro país esencialmente agrícola, no existen, políticas de comercialización ni de precios, se deja a merced de la oferta y la demanda; pero lo más grave es que no hay apoyo del Estado para la actividad agropecuaria como realizan otros países, que subsidian al agricultor en lo que se refiere a equipamiento, semillas, tecnología, control de calidad de los insumos agrícolas, que se comercializa libremente productos que en Europa, Japón y Estados Unidos son prohibidos por los daños que ocasionan a la salud y al ambiente.