Todos estamos conscientes de la cantidad de basura que hemos generado este tiempo de pandemia con el uso de sistemas de protección frente a la covid-19. Si la magnitud y el destino de estos residuos mal tratados ya era un problema a escala mundial, con la crisis de salud global, lo que ha hecho es crecer gravemente el problema. Así lo demuestra un equipo internacional de científicos, mediante un modelo de medición de la basura que llega de manera frecuente a los océanos.
Según los resultados, los autores estimaron que alrededor de 25.900 toneladas de residuos se vertieron en los océanos; de ellos solamente los plásticos han generado alrededor de 8,4 millones de toneladas de residuos plásticos asociados a la pandemia. Además, a esta basura hay que sumar los residuos médicos hospitalarios, el material de embalaje de las compras en línea, los kits de pruebas de virus y los equipos de protección personal.
Este estudio pone de manifiesto que, aunque la demanda de equipos de protección personal de plástico se disparó durante la pandemia, el tratamiento, la eliminación y el reciclaje no han seguido el mismo ritmo. El mundo puso la lucha contra el virus como una prioridad mayor.
La covid-19 ha traído problemas que van más allá de la salud humana; con la necesidad del uso de equipos de protección, kits de pruebas y compras en línea, o sea a través de plataformas de internet, teléfono y correo postal, que utilizan una cantidad de materiales de protección y embalajes para que el producto no sufra destrucción, ha provocado un aumento de la demanda de plásticos de un solo uso, una basura que llegará a las playas y fondos del océano que ha intensificado la presión sobre un problema de residuos ya descontrolados.
Se calcula que, para finales de siglo, casi todos los residuos plásticos asociados a la pandemia acabarán en los fondos marinos o en las playas. Según los autores, los resultados exigen la necesidad de mejorar las medidas de eliminación y tratamiento de los residuos, que producen el impacto ambiental de los plásticos asociados a la pandemia.
Muchas legislaciones sobre el plástico de un solo uso han sido retiradas o pospuestas en varios países como la Unión Europea. En Ecuador ha quedado postergado el control del plástico de un solo uso, lo que constituye un desafío en términos de gestión efectiva de residuos y reciclaje.
En nuestra ciudad hemos observado en las calles, la presencia de desechos como mascarillas, guantes, jeringuillas, envases, fundas de plástico, que no solo dan un mal aspecto, sino que pude ser motivo de contagio de la enfermedad; por ello los organismos de salud, educación, el Municipio deben enviar mensajes a través de los medios de comunicación a la ciudadanía sobre el peligro de este mal hábito, ante la presencia de una enfermedad masiva que atenta con la vida.