En 1954, La Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países el Día Universal del Niño y sugirió a los gobiernos estatales que celebraran dicho Día. En el Ecuador el 1 de junio de cada año, las instituciones educativas, las organizaciones estatales, no gubernamentales y populares que trabajan en pro de la niñez y adolescencia, organizan actos en sus respectivos establecimientos en los que luego de recordar y reflexionar acerca de los derechos de los niños, se los celebra con música, juegos, presentaciones artísticas y compartiendo dulces, entre otras iniciativas. Pero es importante reflexionar que las niñas y niños aprenden lo que ven, no los consejos que les dan, el ejemplo es una herramienta poderosa de formación, por lo tanto tenemos que reorientar nuestras conductas si queremos que los niños y niñas sean mejores que nosotros.
Los grandes riesgos ambientales como la polución del aire, la contaminación del agua, el humo del cigarrillo en el ambiente, el ruido ambiental, los plaguicidas, radiaciones, los residuos patológicos, los solventes orgánicos, entre muchos otros ocasionan serias consecuencias en la salud de los niños que incluyen un amplio rango de complicaciones y enfermedades como nacimientos prematuros, anomalías congénitas, bajo peso al nacer, enfermedades respiratorias, cáncer, alergias, hasta problemas de conducta y aprendizaje; por lo tanto existe una creciente preocupación por un medio ambiente seguro y saludable, pues el abuso o mal uso de los recursos naturales lo han puesto en peligro.
El incremento de los desastres ponen en evidencia la escasa capacidad de respuesta y prevención ante este tipo de situaciones, elevando con ello el costo para el proceso de rehabilitación y reconstrucción; una gestión de riesgo de desastres que no considera las necesidades e intereses específicos de los niños y las mujeres agudiza los efectos de los desastres en estos sectores poblacionales; nos estamos refiriendo, por ejemplo, al deterioro de las condiciones de vida, al incremento de la tasa de deserción escolar, el incremento del índice de violencia contra las mujeres y las niñas y niños, el incremento del trabajo infantil, entre otros. Cuidar el medio ambiente para hacerlo seguro y saludable implica mejorar la calidad de vida de las futuras generaciones, o sea trata de vivir en armonía con la Naturaleza sin poner en peligro los ecosistemas; tomando en cuenta que somos depositarios de la más extraordinaria biodiversidad del planeta que proporcionará un ambiente saludable para nuestros niños ecuatorianos y del mundo. [F]
Por: Luis Reinoso