Alrededor de 80.000 a 120.000 hectáreas de bosque desaparecen cada año en el territorio nacional. Por eso, si echamos un vistazo al mapa de vegetación remanente continental y lo comparamos con el de cobertura vegetal original del Ecuador, notaremos enseguida que las grandes extensiones de bosque continuo e intacto, sobre todo de la Costa y la Sierra, han sido reemplazadas en su mayoría por áreas agrícolas.
___________________
(P) PUBLICIDAD
____________________
Grandes extensiones de bosque continuo, se encuentran protegidas por el Estado, principalmente dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Sin embargo, en algunas zonas del noroeste del Ecuador, aún existen exuberantes bosques húmedos tropicales que circundan dichas áreas y que están desapareciendo de manera acelerada. Es de esperar entonces que de aquí a unos cuantos años estas zonas protegidas estén cada vez más amenazadas y aparezcan en el paisaje como si fueran islas rodeadas por un gran océano de tierras agrícolas.
Las consecuencias, desde el punto de vista biológico, se dan a diferentes niveles: van desde cambios en las características genéticas dentro de las poblaciones hasta cambios en la distribución de las especies y ecosistemas. En estas islas únicamente sobrevivirían aquellas especies que tienen pequeños rangos de distribución (es decir, que ocupan territorios pequeños) o modestos requerimientos de hábitat, como muchas plantas e invertebrados.
____________________
(P) PUBLICIDAD
____________________
Las islas serían un verdadero problema para aquellos animales que tienen grandes rangos de distribución, como el oso andino o el tapir de montaña, así como para muchas aves, cuyo rango de distribución (espacio en el que viven) sobrepasa el espacio de las áreas protegidas.
Si aquellos espacios (no protegidos) desaparecen, también desaparecerán las especies que los habitan, a menos que estas sean capaces de moverse rápidamente a otros lugares más seguros.
Otra causa importante de la fragmentación es el aislamiento de las poblaciones debido a la presencia de barreras como extensos pastizales o carreteras, que pueden impedir el movimiento y la dispersión de las especies. Esto, a la larga, incide en la pérdida de la variabilidad genética, debido a una interrupción del flujo genético entre las poblaciones: hay grupos de individuos que no podrán cruzarse entre sí, reduciendo de esta manera las posibilidades de herencia genética. En resumen, se pierde la biodiversidad. [F]
Por: Luis Reinoso Garzón