Las recientes lluvias torrenciales en el país han causado inundaciones, deslaves y la destrucción de infraestructuras, lo que ha generado preocupación y alertas en la población. Estos fenómenos climáticos están relacionados con el calentamiento de las aguas del océano Pacífico, que ha conducido a una mayor evaporación y a la formación de lluvias más intensas, acompañadas de fuertes vientos y descargas eléctricas en el continente.
La presencia del Ciclón Yaku, un fenómeno inusual, se debe a factores ambientales como el aumento de la temperatura del mar, que afectaron a las costas de Perú, Ecuador y parte de Colombia. La Zona de Convergencia Intertropical, donde la humedad y la inestabilidad atmosférica son mayores, son las que generan condiciones favorables para la formación de este fenómeno meteorológico.
Es importante tener en cuenta que las consecuencias del Ciclón Yaku podrían ser significativas, como: daños en infraestructuras, cortes de energía eléctrica y de comunicaciones, y posibles deslizamientos de tierra en las zonas de mayor riesgo. Por esta razón, se han emitido alertas a la población y se recomienda tomar precauciones y estar preparados ante la llegada del fenómeno atmosférico.
Además, el calentamiento del océano propicia una mayor cantidad de nubes de lluvia, lo que se asocia a tempestades intensas y a la posibilidad de inundaciones generalizadas. Los ciclones tropicales, como el Ciclón Yaku, pueden provocar vientos destructivos y, en los sistemas más intensos, los vientos de superficie pueden alcanzar velocidades superiores a los 300 km/h. La combinación de olas formadas por el viento y la baja presión de un ciclón tropical que produce una marea de tempestad costera, que puede arrastrar las estructuras a su paso y causar daños significativos al medio ambiente costero.
Es importante destacar que estas condiciones climáticas son propias del fenómeno del Niño, en el que el mar está muy caliente que produce las precipitaciones que hemos observado en las últimas 24 y 48 horas. Por lo tanto, es fundamental tomar medidas preventivas para reducir los impactos negativos en la población y en el medio ambiente.
Entre las medidas que se debe tomar para reducir los riesgos asociados con estos fenómenos climáticos, se encuentran la limpieza de los desagües para evitar inundaciones, el reforzamiento de las infraestructuras y la planificación urbana adecuada para reducir los efectos negativos de los desastres naturales. Además, se recomienda fomentar prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, como la conservación de los ecosistemas naturales y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, que contribuyen al cambio climático y a la intensificación de estos fenómenos meteorológicos extremos. En definitiva, es necesario tomar conciencia de la importancia de la protección del ambiente y la implementación de medidas de prevención ante los riesgos asociados con los fenómenos climáticos extremos, para reducir los impactos negativos en la población.