El cambio climático puede activar más de la mitad de las enfermedades infecciosas con las que los humanos entran en contacto en todo el mundo, desde virus comunes transmitidos por el agua hasta enfermedades mortales como la peste, según muestran las investigaciones actuales y para poder prevenir las crisis sanitarias mundiales, la humanidad necesita una comprensión integral de la magnitud con la que el cambio climático podría afectar a las enfermedades patógenas.
Las inundaciones, por ejemplo, pueden propagar la hepatitis. El aumento de las temperaturas puede prolongar la vida de los mosquitos que transmiten la malaria. Las sequías pueden traer roedores infectados con virus a las comunidades mientras buscan alimento.
El cambio climático influye en más de 1000 vías de transmisión y los peligros climáticos cada vez crecen a nivel mundial; llegamos a la conclusión de que esperar que las sociedades se adapten con éxito a todos ellos no es una opción realista. El mundo deberá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que están impulsando el cambio del clima para reducir estos riesgos.
Se verificaron 10 peligros relacionados con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero: calentamiento atmosférico, olas de calor, sequías, incendios forestales, fuertes precipitaciones, inundaciones, tormentas, aumento del nivel del mar, calentamiento de los océanos y cambios en la cubierta terrestre. Luego se buscó estudios que discutieran observaciones específicas y cuantificables de ocurrencias de enfermedades humanas vinculadas a esos peligros.
Por ejemplo, el agua estancada que dejan las fuertes precipitaciones y las inundaciones puede ser un caldo de cultivo para los mosquitos, lo que aumenta la transmisión de enfermedades como la fiebre amarilla, el dengue, la malaria, la fiebre del Nilo y la leishmaniasis.
Los estudios han demostrado que el aumento de las temperaturas también puede ayudar a que los virus se vuelvan más resistentes al calor, lo que resulta una mayor gravedad de la enfermedad a medida que los patógenos se adaptan mejor a la fiebre en el cuerpo humano. De manera similar, se ha demostrado que los hongos en ambientes urbanos son más resistentes al calor que los de las áreas rurales, que tienden a ser más frescas.
Los peligros relacionados con el clima pueden afectar la capacidad del cuerpo humano para hacer frente a los patógenos de la siguiente manera. Pueden obligar a las personas a vivir en condiciones peligrosas, como cuando los daños causados por un desastre hacen que las personas vivan en condiciones de hacinamiento que podrían carecer de un buen saneamiento o aumentar su exposición a patógenos.
El cambio climático representa una amenaza definitiva para la vida humana, la salud y el bienestar socioeconómico. Nuestro mapa muestra cuán extensa puede ser esa amenaza. En nuestra opinión, para reducir el riesgo, la humanidad tendrá que poner freno a las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por una sociedad que alimenta el calentamiento global.