Las poblaciones humanas se ven cada vez más afectadas por enfermedades mortales que se originan en animales salvajes, como el virus del VIH, Zika, Sars y otras. Desde que comenzó la pandemia, las ONU y la OMS realizó advertencias para que el mundo abordara las causas de estos brotes, la destrucción de los ecosistemas naturales, y no solo los síntomas económicos y de salud. Para ello se han realizado investigaciones en alrededor de 7.000 comunidades de animales en seis continentes y se descubrió que la transformación de sitios naturales en amplias zonas de cultivo y asentamientos de ciudades, favorecen a criaturas pequeñas como ratas, murciélagos y otros animales, que se adaptan fácilmente y transportan la mayoría de patógenos que pasan a los seres humanos. La evaluación encontró que estas enfermedades zoonóticas aumentan mucho más en lugares degradados que en ecosistemas no dañados y es probable que se produzcan más brotes de enfermedades mortales a menos que la naturaleza se mantenga protegida.
Los patrones que los investigadores detectaron fueron sorprendentes; así La razón por la cual especies como los roedores y los murciélagos prosperan simultáneamente en los ecosistemas dañados por los humanos y también albergan la mayoría de los patógenos, es probablemente porque son pequeños, móviles, adaptables y producen muchas crías rápidamente; mientras que los elefantes tienen una cría cada dos años y deben asegurarse de que la descendencia sobreviva y nazca con un sistema inmunitario muy fuerte. Además, el análisis encontró que las aves pequeñas son también hospederas de enfermedades que se desarrollan en hábitats que sufren el impacto de las actividades humanas, estas aves pueden ser reservorios de enfermedades como el virus del Nilo, y el virus de la Chikungunya.
Como se predice que las tierras agrícolas y urbanas continuarán expandiéndose en las próximas décadas, deberíamos fortalecer la vigilancia de enfermedades y la provisión de atención médica en aquellas áreas que están experimentando una gran cantidad de perturbaciones en la tierra, que consigan alojar patógenos dañinos.
En Ecuador hemos realizados acciones permanentes para evitar que se destruyan nuestros insuperables ecosistemas, estamos opuestos a la minería a cielo abierto, que se contenga la explotación de la madera, que se despliegue una capacitación a todo nivel para evitar los incendios; que todos los ecuatorianos cuidemos el agua, que se limite la circulación de vehículos que contaminan con gases tóxicos; que se utilice suelos adecuados para la agricultura con alto apoyo técnico y el respeto a las áreas protegidas.