Como recuerdo aquellos tiempos en que mi padre me enviaba con mis hermanos a limpiar el canal de riego de la comunidad, aquí nos reuníamos con muchas otras familias para dejar el canal expedito para la circulación del agua, pero vaya a ver el alboroto que se armaba mientras trabajábamos, chistes, cachos, cuentos, cantos, de rato en rato alguien repartía la chicha y al final la obra terminada y venia el almuerzo, para compartir lo que cada cual aportaba, con tostado, papas cocinadas, mote, tortillas, mellocos, ocas, choclos; que momentos agradables, nunca nos cansábamos, pero no solo era el canal sino en otras ocasiones, minga para arreglar en camino, aunque no circulaban carros, otras veces para arreglar el puente, inclusive en las grandes propiedades se realizaban mingas para las siembras y la cosecha.
Pero qué triste ver ahora caminos llenos de baches, cunetas en mal estado, puentes que ya se caen, barrios llenos de basura, bienes públicos deteriorados, ambientes degradados; ya nadie se preocupa de la situación de la comunidad, del barrio o de la ciudad.
La minga no es nueva, es una práctica ancestral en donde se pone en juego el trabajo colectivo, la colaboración y la solidaridad, para construir caminos, edificios, sistemas de riego, casas, escuela, iglesias, con ahorro de tiempo y dinero.
En la historia del país, la mayoría de las comunidades lograron tener caminos, agua, sistemas de riego, centros educativos, gracias a la minga, que es el esfuerzo de las propias comunidades que estuvieron abandonadas, más que por la distancia, por la ideología de exclusión y discriminación que caracterizaba a la sociedad ecuatoriana. En una minga, se dinamiza mucho la lengua, la gastronomía, las relaciones interpersonales; durante el trabajo físico se conversa, se conoce a las personas, se comparte los alimentos, la chicha, que son productos ligados a símbolos y herencias culturales. Además se intercambian ideas y se hace amistades, es decir, que la minga fomenta la comunicación, fortalece las relaciones interpersonales y consolida los niveles de relación que existen dentro de la colectividad.
Cotopaxi hoy más que nunca debe convocar a una minga en todos los aspectos, no podemos mirar impávidos como nuestros vecinos se van, como nuestra fuerza económica se desvanece, como nuestros animales se mueren de hambre por falta de alimento producto de las sequías y heladas, es hora de levantar el ánimo, la autoestima que siempre tuvo por tradición.[O]
Por: Luis Reinoso