Antiguamente ya se aprovechaba la energía del agua, para mediante ruedas hidráulicas moler trigo y otros granos; así durante la Edad Media, las enormes ruedas hidráulicas de madera desarrollaban una potencia máxima de cincuenta caballos de fuerza, las mismas que fueron las precursoras para producir electricidad a través del agua.
En la actualidad las centrales hidroeléctricas aprovechan la energía potencial gravitatoria que posee la masa de agua de un cauce natural en virtud de un desnivel, la misma que en su caída se hace pasar por una turbina hidráulica la cual transmite la energía rotativa a un generador, donde se transforma en energía eléctrica.
Las represas hidroeléctricas se encuentran entre las construcciones más grandes y espectaculares del ser humano; son una fuente de energía alternativa muy útil que aprovecha los movimientos del agua para producir energía eléctrica. Alrededor del mundo, estas centrales hidroeléctricas producen el 24% de toda la energía eléctrica del planeta, lo cual se traduce en el sustento eléctrico de más de mil millones de personas y por supuesto, un gran aporte al cuidado del medio ambiente.
La energía hidroeléctrica, ha permitido el desarrollo económico y mejora la calidad de vida de la población; los proyectos hidroeléctricos requieren mucha mano de obra y ofrecen oportunidades de empleo. Además, la generación de la energía hidroeléctrica proporciona una alternativa para dejar de utilizar combustibles fósiles, como el petróleo, altamente contaminantes y costosos, o la energía nuclear; en cambio las centrales hidroeléctricas permiten satisfacer la demanda de energía limpia sin producir emisiones atmosféricas, como cenizas, desechos radioactivos ni Bióxido de Carbono.
El Ecuador ha sido bendecido con la presencia de la cordillera de los Andes que presentan caídas de agua hacia el Pacífico y la Amazonía, que le aseguran 55 proyectos hidroeléctricos. Sin embargo de la enorme necesidad del agua para mover éstas turbinas, poco interés se ha puesto para su conservación y producción, que para este caso los páramos se han convertido en los mayores generadores de agua, pero estos frágiles ecosistemas se encuentran en franco deterioro por el mal uso de estas áreas y la deforestación de los bosques, que está causando una baja permanente de los caudales, a tal punto que en poco tiempo ya no habrá suficiente agua para mover estas enormes turbinas, por lo tanto es necesario asegurar las fuentes de producción del agua mediante una severa conservación de nuestros páramos. [F]
Por: Luis Reinoso Garzón