La tasa de desempleo en Ecuador cayó a 3,7% en 2018, su
nivel más bajo de los últimos cuatro años por efecto de las políticas activas de empleo
que instrumentó el Gobierno Nacional, especialmente en lo relacionado a la inserción
laboral de jóvenes sin experiencia, mujeres y personas con discapacidad y al apoyo
financiero a los emprendimientos productivos por parte de la banca pública. El
mercado registra una reconfiguración a favor de las iniciativas personales y las
empresas privadas como principales empleadores del país.
El desempleo se ubicó en 4,6% en diciembre de 2017 y 3,8% en diciembre de 2014.
Acorde con el informe Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo, el
empleo adecuado (personas con empleo que perciben ingresos iguales o superiores al
salario mínimo) se ubicó en el 40,6% al cierre del 2018, cifra que ha reflejado
estabilidad durante todo el 2018.
La caída del desempleo obedeció al proceso de reestructuración de la base
económica, el reordenamiento fiscal y el reposicionamiento del sector privado como
generador de puestos de empleo. La evolución del empleo adecuado respondió al
repunte de otras modalidades de empleo que estuvieron enfocadas a formalizar los
trabajos precarios existentes, es decir, proporcionar a las personas seguridad laboral.
El sector de servicios es la principal fuente de empleo en el área urbana, generando
más de 2,3 millones de puestos de trabajo. A nivel nacional, más del 80% de los
ecuatorianos con trabajo, se encuentra enrolado en el sector privado o realiza un
emprendimiento.
A diciembre de 2018, por cada 100 empleos, 92 los genera el sector privado y solo 8
el sector público, lo cual responde a las políticas de optimización del Ejecutivo. El 8%
es el segundo indicador más bajo de participación del sector público en la estructura
laboral desde el 2007.
En lo referente a la evolución de la pobreza por ingresos, de acuerdo a cifras oficiales
del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la pobreza extrema se
encuentra estable y cerró el 2018 en 8,4%. En relación a la pobreza estructural, la tasa
de pobreza por necesidades básicas insatisfechas cerró el 2018 en 33,5%, cifra que
se mantiene estable respecto al mismo mes del año anterior. Este esfuerzo es
resultado de las políticas sociales dirigidas hacia los sectores más vulnerables del
país. [I]