Todos los seres vivos en el planeta necesitamos principalmente, alimentos, agua, aire, vestido, de igual manera generamos desechos o basura que son trasladados a los ríos y océanos del mundo, se acumulan en playas o a su vez enterramos en el suelo. Estos residuos dañan los hábitats físicos, transportan contaminantes químicos, amenazan la vida acuática e interfieren con el uso humano los ríos, ambientes fluviales, marinos y costeros. El primer eslabón de la cadena donde se genera la basura es el origen doméstico, los hogares particulares, el comercial, las tiendas, bares, restaurantes, comercios en general y el industrial.
Estos desechos han causado: Inundaciones, enfermedades, océanos contaminados son algunas de las muchas consecuencias por no tratar lo que desperdiciamos. Es que la basura no solo termina en grandes vertederos de mal olor, tiene un impacto devastador sobre el planeta y podría ser aún peor en el futuro.
Por todas estas situaciones se debe reciclar los desechos, aspecto que permite ahorrar materias primas, energía, agua y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero Y, además, genera nuevos puestos de trabajo.
Sin duda, los beneficios de reciclar nuestros residuos son enormes en comparación con la acción indiferente y cotidiana en que vivimos. Si reciclamos reducimos el trabajo de extracción, transporte y elaboración de nuevas materias primas, lo que conlleva una disminución importante del uso de la energía necesaria para llevar a cabo estos procesos, por lo tanto, menos CO2 a la atmósfera y reducimos el efecto invernadero.
Se cree que el reciclaje, así como pensamos actualmente, tuvo su origen en Japón, donde alrededor del año 1031 comenzó la primera reutilización de papel desechado de la que se tenga registro. Al reciclar estamos ahorrando materias primas y energía en su elaboración. Por ejemplo, con el reciclado de cuatro botellas de vidrio, lograríamos ahorrar la energía suficiente equivalente al funcionamiento de un frigorífico durante un día o el equivalente a lavar la ropa de cuatro personas.
Como parte fundamental de la economía popular y solidaria ha sido considerada la actividad del reciclaje, que vincula a 20.000 familias ecuatorianas en el cuidado del medio ambiente y la retroalimentación de las materias productivas, como son los plásticos, el vidrio, cartón, chatarra, entre otros.
En Ecuador, se genera aproximadamente 11.200 toneladas de residuos y desechos sólidos diarios. Ante esta realidad, diversas organizaciones impulsan iniciativas para fortalecer la cultura de reciclaje en el país. Ecuador genera 375 mil toneladas de residuos sólidos urbanos al año, pero solo recicla el 4% de estos desechos.
El reciclaje es un principio de diseño, una ley de la naturaleza, una fuente de creatividad y una fuente de prosperidad. Para cualquiera que busque mantenerse integrado al reciclaje debe comprender que reciclar una tonelada de desechos tiene el doble de impacto económico positivo que enterrarlos en el suelo.