Nos vemos obligados a reflexionar sobre el alto consumo de combustibles fósiles a base del petróleo, que perturban el entorno, producen patologías graves, provocan el efecto invernadero y el calentamiento global; entonces se trata de cambiar la matriz energética utilizando biocombustibles, que son obtenidos de materias primas para producir alcohol, a partir de maíz, caña de azúcar, soya, aceite de palma, que en cambio conducían a la escases de alimentos, por lo tanto la utilización de ciertos productos agrícolas básicos para la producción de biocombustibles ha traído el grave problema del encarecimiento de estos alimentos y, un agravamiento del hambre en los países que dependen de estas materias primas; para lo cual se buscó materiales que no son fuentes alimenticias y utilizando tecnologías innovadoras a los que se denominan combustibles de segunda generación son una alternativa muy efectiva para reemplazar a los combustibles fósiles sin utilizar cultivos alimenticios y ayudarán a combatir un problema que nos incumbe y preocupa a todos, como es el calentamiento global.
El objetivo ahora se centra en lograr biocombustibles prácticamente de cualquier substancia susceptible de reciclarse, en especial las partes no comestibles de los vegetales como: la paja de los cereales, el rastrojo del maíz, el bagazo de la caña de azúcar, la cáscara de los cereales, hojas, residuos forestales, heces fecales, aceite refrito, algas, bacterias transformadas mediante biotecnología, etc.
Últimamente se contempla otra alternativa, ya que se puede producir carburante a partir de micro algas, estos seres unicelulares crecen más rápido que las plantas y son fáciles de manipular y se desarrollan en una gran variedad de medios acuosos, sin robar espacio a los suelos aptos para la agricultura, por el contrario, las micro algas pueden crecer en espacios reducidos y de manera muy rápida; algunas algas producen fécula, la que se puede convertir en bioetanol considerado un combustible limpio; otras producen pequeñas gotas de aceite el cual se puede aprovechar para la producción de biodiesel; cultivar algas no requiere ni tierras arables ni agua limpia, por consiguiente no va a competir con los cultivos alimenticios y finalmente su rendimiento es mucho más alto que el de cualquier otro cultivo. En el Ecuador disponemos de todas las de materias primas abundantes y condiciones climáticas apropiadas para obtener biocombustibles que remplacen íntegramente a los combustibles de petróleo.
Por: Luis Reinoso Garzón