Enorme preocupación, existe en todo el mundo ante el deterioro de los suelos en el planeta, lo que pone grave peligro la subsistencia del ser humano; en estas circunstancias las Naciones Unidas decidió establecer campañas con el propósito dar a conocer la gran importancia del suelo en nuestras vidas y concientizar la utilización de este recurso en condiciones sostenibles que permita disponer alimentación segura, para una población que crece exponencialmente.
Así unos 815 millones de personas sufren inseguridad alimentaria y aproximadamente 2000 millones no disponen de alimentos suficientemente nutritivos. Esta situación se podría mitigar mediante la gestión adecuada de los suelos, porque el 95% de los alimentos provienen del suelo. Sin embargo, el 33% de los suelos del planeta están degradados.
El suelo es un recurso clave y un componente esencial del entorno natural en el que vivimos y el que produce los mayores bienes para la humanidad, además proporciona el espacio habitable para los seres humanos y los animales. El suelo está compuesto por minerales, materia orgánica, diminutos organismos vegetales y animales. En realidad, es una capa delgada que se ha formado muy lentamente a través de miles de años, con la desintegración de las rocas superficiales gracias a la acción del agua, el sol, los cambios de temperatura y el viento. Un centímetro de suelo puede tardar hasta 1.000 años en formarse y en este proceso han intervenido tanto las plantas como los animales que crecen y mueren dentro y sobre el suelo, siendo descompuestos por los microorganismos, transformados en materia orgánica y mezclados con la tierra.
Este recurso no solo constituye la base para los alimentos, combustibles, fibras y productos medicinales, sino también es esencial para nuestros ecosistemas, desempañando un papel básico en el ciclo del carbono, almacenando y filtrando el agua, de manera especial atenúa la fuerza destructora de las inundaciones y sequías; por lo que es necesario promover el conocimiento científico; sensibilizar sobre las amenazas que plantea la pérdida de la biodiversidad del suelo; y estimular las actividades educativas, la participación de los jóvenes y las escuelas en la ciencia del suelo. El suelo retiene el triple de carbono que la atmósfera y puede ayudarnos a luchar contra el cambio climático.
En nuestro país no existe un manejo técnico del suelo, con sistemas de riego obsoletos, tampoco apoyo para una agricultura planificada, organizada, existe una anarquía total en el uso de fertilizantes, pesticidas, y otros insumos agrícolas que han causado pérdida de la fertilidad, contaminación, destrucción de la diversidad biológica de los microorganismos que son la base para un suelo vivo.