Solo celebramos y recordamos el Día Mundial del Ambiente, pero no cumplimos, las recomendaciones de la ONU en su resolución del 15 de diciembre de 1972, que el 5 de junio de cada año se realicen actos de sensibilización a la población mundial, en relación a temas ambientales, cuyos objetivos principales son: motivar a las personas para que se conviertan en agentes activos del desarrollo sustentable y equitativo; promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud para respetar a la naturaleza, con eventos múltiples: conciertos ecológicos, ensayos, competencias de afiches en todas las instituciones educativas, promover la siembra de árboles, campañas de reciclaje, limpieza en sus localidades, en fin todo lo que la iniciativa humana pueda realizar en favor de la conservación de la naturaleza, convirtiéndose en artífices del desarrollo intelectual, moral, social y espiritual.
El tema destacado para el 2021 se centrará en la restauración de los ecosistemas, lo que para la ONU significa: prevenir, detener y revertir el daño ocasionado en la naturaleza, una fecha creada para exigir a los habitantes de este planeta que lo importante es, cuidar el único hogar que tenemos y, además, para realizar actividades concretas que ayuden a mitigar la contaminación y los daños que ya se han generado como la Contaminación atmosférica que constituye un llamado para combatir el grave problema que afecta a millones de personas en el mundo. Pero han pasado 49 años de celebraciones sobre el cuidado del ambiente y solo pocos países han tomado con seriedad este compromiso, con cambios en el diseño curricular educativo para todos los niveles, la promulgación de leyes severas para quienes atenten contra la naturaleza y el ambiente, de manera especial socializando los daños que hemos causado al planeta para ponerle en condiciones irreversibles que llevaría a la extinción de la humanidad.
Nueve de cada diez personas en todo el mundo están expuestas a límites de contaminación que superan los niveles de seguridad señalados por la Organización Mundial de la Salud; así desde el hogar la principal fuente de contaminación en el ambiente es el uso de combustibles fósiles, madera y otros carburantes para cocinar, calentar y encender fuegos; contaminamos el agua con detergentes limpiadores; en la industria la producción masiva de contaminantes atmosféricos y otros que degradan el suelo los causes hídricos y los océanos. El transporte mundial representa casi un cuarto de emisiones de dióxido de carbono. En nuestro país hemos subsidiado los combustibles que ha llevado a un despilfarro de estos contaminantes; en la agricultura no hemos sido capaces de reglamentar el manejo del ganado vacuno que produce metano y amoníaco que contribuyen al efecto invernadero; no hemos sido capaces de emprender una forestación masiva de áreas desérticas y seguimos utilizando plásticos desechables sin control. por Dr. Luis Reinoso. Primicia Ec. [F]