El día martes de la semana pasada, los ciudadanos estuvimos atentos al anuncio de las medidas económicas que el gobierno nacional decretó con la finalidad de solucionar el déficit fiscal y atender las necesidades del país. Durante la década que el anterior mandatario gobernó, se tuvo una bonanza, algunos recursos fueron bien invertidos, pero se deja ver que también sirvió para llenar los bolsillos de los funcionarios al mando; entre ellos indica la prensa el mismo presidente, ministros, asambleístas y personas en cargos de mando.
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El Presidente de la República, que fue parte del anterior gobierno, acudió a varias instancias para obtener dinero: préstamos al Fondo Monetario Internacional, emisión de bonos, impuestos, recorte del tamaño del Estado y medidas económicas; lo que no ha podido es eliminar algunos subsidios, como el de los combustibles.
Las decisiones tomadas, son un parche y no una solución a largo plazo. Seguramente porque debe agradar a los grupos de poder económico y político que le rodean o tiene compromisos. Aunque se diga lo contrario, no se obra con equidad; es decir la mayor parte de las decisiones afectan a la clase media y media baja; los que más tienen deben aportan más; como ejemplo los empleados públicos y el magisterio, desde hace 10 años no se les ha subido su remuneración y hoy contribuirán mensualmente entre el 4% y el 8% de su sueldo.
Y qué pasa con los cómplices Asambleístas que derogaron la ley de impuesto al patrimonio, quienes más tienen les correspondían pagar más. Debían aprobar leyes, entre ellas para recaudar los dineros fruto de la corrupción.
En un meme que circuló por las redes sociales, se indicaba las medidas que realmente deben ser tomadas; como confiscar los bienes y dineros de la corrupción; impuesto sobre el patrimonio, quien tiene más que pague más; focalizar el subsidio a los combustibles; entre otros.
El gobierno nacional, quiere echar una cortina de humo ante las medidas económicas, causando miedo en la población por la presencia del coronavirus; no podemos negar que es un problema de salud pública; pero lo que se cuestiona es lo que se quiere tapar, para que nadie diga nada. Y va logrando en las personas que no tienen una conciencia crítica ante el problema de las medidas económicas tomadas.
Es necesario acatar todas las recomendaciones para evitar la expansión del virus en la población, sobre todo porque afecta a la gran mayoría de la población pobre y también a los adultos mayores y personas con bajas defensas. Pero tampoco nos quedemos en el conformismo y nos olvidemos de la intensidad de las medidas tomadas.
Se está descubriendo la medicación contra el coronavirus. La vacuna contra la corrupción y el buen manejo del Estado debe aplicarse a través de la buena política para el bien común y la dignidad de la persona humana; pero los enfermos no quieren inyectarse porque aspiran morir podridos con sus malas intenciones.
Recordemos que tenemos el derecho al desacuerdo, a la libertad de expresión y a no ser conformistas; nuestro deber es aportar al país, pero es nuestra responsabilidad no resignarnos.
Finalmente quiero compartir una frase que he leído en un periódico digital; dice: “la ambición de los más ricos, provoca el sufrimiento de los más pobres”
Por: Mgs. Eduardo Guerrero