La Creación encierra un universo de enigmas que están en otra dimensión y nunca podremos comprender como seres humanos, aunque hechos a imagen y semejanza de Dios. Nuestra vida se limita, en el tiempo a un “instante” que para los mortales es “toda una vida”, y en el espacio a un pequeño planeta llamado “Tierra” en una dimensión que podemos apreciar. Las maravillas de la Naturaleza pueden hacernos felices, como lo fueron nuestros padres Adán y Eva. El hombre ha construido mucho, haciendo uso del talento y raciocinio que le distingue de otras especies con las que convive, para darle vida a nuestro entorno.
Para nuestra feliz existencia, el Creador diseñó un núcleo familiar como la estructura fundamental de la sociedad, que empezó con una pareja de amantes que han logrado poblar el planeta con la más amplia diversidad de culturas, con profundas diferencias, que enriquecen la vida misma. Sin embargo, el centro emocional de la familia, en todas las civilizaciones, es la madre. No cabe la existencia de la especie misma y mucho peor de este núcleo, sin una madre.
No se trata de una madre cualquiera. Cada ser humano tiene su “propia madre” que ha sido elegida, nada más que, por el mismo Dios. Es un ser personalizado para cada ser humano. No se produce en serie. Viene con todo el afecto que su vástago necesitará para vivir y enfrentar los momentos difíciles. Tendrá la fuerza que jamás le abandonará, para estar junto a su hijo, sin importar las faltas que pueda cometer. Su hombro estará siempre al alcance de sus lágrimas. Su energía física y emocional será inagotable. Vivirá para cuidar del fruto de sus entrañas. Forjará su carácter y le dará la mejor razón para vivir, su amor.
La madre es lo más cercano a Dios, que un ser humano puede estar. Ella nos comprenderá siempre, aunque nosotros no lo hagamos. El sabe cuál es la madre que necesitamos, y la creó a nuestra medida, para darnos la vida y cuidarnos hasta el último día, en que nos separemos para reencontrarnos en otra dimensión.
¡Doy gracias a Dios por la mía! [O]
Por: Ing. Alberto Salvador