En mi última visita a los páramos de la cordillera Central, me encontré con el triste espectáculo, que los pantanos o humedales que existían en varios puntos, estaban secos y otros les quedaba poca agua, a estos sitios pintorescos llegan las aves migratorias en la estación invernal de los países del Norte, recorriendo miles de kilómetros para pasar la época de frío y regresar a su territorio.
Los humedales son ecosistemas acuáticos, naturales o artificiales, permanentes o temporales, dulces, salobres y salados; Además constituyen los estuarios, lagunas costeras, lagunas de altas montañas, embalses y estanques. Los humedales se cuentan entre los ecosistemas más productivos del mundo; ellos brindan enormes beneficios económicos a la humanidad a través de la pesca, el mantenimiento de la capa freática de importancia para la agricultura, almacenamiento de agua, el control de las inundaciones, la producción de madera, la absorción de contaminantes, la regulación del clima, purificación final de las aguas servidas, sin contar con todas las actividades recreativas que hacen posible la vida del planeta; también actúan como refugio de la vida silvestre, con la presencia de innumerables especies de mamíferos, reptiles, anfibios, peces e invertebrados, muchos de los cuales están hoy amenazados de extinción. Los humedales se encuentran entre las áreas más amenazadas del mundo, debido sobre todo al drenaje acelerado, la contaminación, el relleno. Tomando en cuenta todos estos beneficios el 2 de Febrero de 1971, en Ramsar, Irán, se declaró Día Mundial de los Humedales.
La Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo en agosto del 2002, para fortalecer la conservación de los humedales, instó a que se difundieran algunas estadísticas alarmantes: 1.100 millones de personas no tienen acceso a agua dulce segura, 1.700 millones viven en zonas en donde el agua es escasa y 1.300 millones viven en condiciones de pobreza extrema.
El Ecuador es parte del Convenio Ramsar y dispone de casi todos los sitios declarados protectores de la humanidad y debe conservar y cuidar no solo para que lleguen las aves migratorias, sino para aprovechar los bienes y servicios que nos brindan los humedales, como sistemas ecológicos interrelacionados, que actúan como reguladores del ciclo del agua y los nutrientes, en el control de inundaciones y sequías de la costa, en la provisión de agua, como refugio de la vida silvestre y en la regulación del clima. [O]
Por: Luis Reinoso Garzón