Hace casi 100 años el ex presidente de Argentina, general Juan Domingo Perón, dijo en su discurso en Madrid: Ha llegado la hora en que todos los pueblos y gobiernos del mundo cobren conciencia de la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobreestimación de la tecnología. Es necesario revertir de inmediato la dirección de esa marcha, a través de una acción mancomunada internacional.
Estas palabras quedaron tan profundamente grabadas en la memoria de miles de personas de tal manera que la Asamblea General de las NU consideró la protección del medio ambiente como uno de los principales objetivos de la Agenda 2030. Tomando en cuenta que hay problemas ambientales que amenazan a la naturaleza como; La contaminación del aire, el agua y el suelo, La deforestación, La extinción de especies, el cambio climático
Actualmente, uno de los principales objetivos de Naciones Unidas es lograr un mundo más sostenible, objetivo impulsado por la Agenda 2030, que asegura que los países alcancen el desarrollo sin intervenir sobre la naturaleza sino utilizando los recursos renovables de los que disponen.
La mejor manera de lograr este objetivo es mediante las siguientes acciones: Utilizar fuentes de energía renovables. Reciclar y reutilizar el plástico, así como todos los residuos que puedan utilizarse para crear nuevos productos. Construir áreas urbanas con techos verdes. Producir compost en los hogares para reducir los residuos urbanos. Llevar fundas de compras ecológicas. Reducir la huella de carbono propio. Consumir productos ecológicos. No desperdiciar alimentos
Estos son sólo algunos consejos, pero hay muchas más acciones que se pueden tomar para mantener al planeta limpio y saludable.
No podemos dar marcha atrás con el daño causado al planeta, pero podemos plantar árboles, reverdecer nuestras ciudades, añadir vida silvestre a nuestros jardines, cambiar nuestra dieta y limpiar ríos y costas.
Somos una generación que puede estar en armonía con la naturaleza. Esta es nuestra última oportunidad para cambiar de rumbo: evitar el desastre climático, frenar la creciente ola de contaminación y desechos y detener la pérdida de biodiversidad. Podemos proteger lo que queda y restaurar lo que ha sido destruido.
El principal beneficio de la biodiversidad no es el uso directo de las especies, sino el funcionamiento equilibrado de los ecosistemas. La provisión de agua potable, la regulación del clima, el control de la erosión y de la desertización, la fertilidad de los suelos, el reciclaje de nutrientes, el combate a las plagas, el mantenimiento de los pastos, la renovación de la pesca y el tratamiento de desechos,
Todos los niveles de biodiversidad están relacionados entre sí. No es posible concentrarse en mejorar el rendimiento de las cosechas sin tomar en cuenta la fertilidad del suelo, malezas, plagas, patógenos y especies polinizadoras. La tala de árboles, la desecación de humedales, entre otros, pueden significar impactos irreversibles sobre el ambiente y su aprovechamiento.