Jamás pensamos en los daños colaterales que trae consigo el uso y abuso de las efervescentes bebidas gaseosas, pero si observamos los datos impresos que aparecen en la etiqueta o al dorso de los envases, podrás observar una lista de ingredientes que incluyen el ácido fosfórico, la cafeína, la taurina, el color caramelo y la fenilalanina.
Todos esos compuestos químicos alteran el organismo, y producen acidez estomacal, osteoporosis y taquicardia. Nadie piensa en el prematuro deterioro de la salud que inyecta la tartrazina y el ciclamato de sodio para el desarrollo integral de los niños.
Nuestros ancestros nos aconsejaban tomar agua pura y fresca por lo menos cuatro vasos al día, Si bien el organismo pide a gritos gozar del vital líquido, quizás todos somos culpables de la irracionalidad ecológica que se percibe en la actualidad, debido a que la problemática trasciende lo corporal y se afianza en el espacio biofísico circundante.
Es común observar latas, tapitas y botellas de vidrio y plástico en las principales calles, plazas y parques de las ciudades. Siendo un descontrol socioambiental que perjudica los recursos naturales, lo cual va en contra de la Cultura Conservacionista, que jamás es auspiciada por las entidades gubernamentales. Sin darnos cuenta, vamos asumiendo una actitud indiferente que contamina la vegetación y que se transforma en la basura doméstica acumulada en los ríos, quebradas y causes hídricos. Es conocido que los ecosistemas donde viven las especies marinas quedan muy vulnerables por la cantidad de plástico y aluminio que se deposita en sus aguas.
Vemos que las marcas comerciales nunca fomentan el reciclaje, la reforestación y la limpieza de áreas verdes a sus queridos consumidores, debido a que ellos fomentan la apatía de la gente, para seguir deforestando los bosques, desertificando los suelos, enturbiando las cuencas hidrográficas que extinguen la biodiversidad del Mundo. Entre los problemas ambientales latentes, están el Cambio Climático, el Efecto Invernadero y el Calentamiento Global,
Pasan los años, y el cuerpo humano va envejeciendo, esperando que algún día volvamos a rendirle tributo a los cuatro sagrados vasos de agua. Pero, el reloj que marca el rumbo de la Sociedad Moderna que prefieren desayunar, almorzar y cenar con una monumental botella de Coca Cola en el centro de la mesa, que santifica los alimentos.
En nuestro país se encuentran deliciosas bebidas hechas con la magia de la Naturaleza, y que podemos comprar o preparar el agua de coco, una limonada; de igual manera, los jugos naturales, son una gran alternativa para salir del callejón de las gaseosas. En cada esquina hay una sabrosa fruta que ayudará a cambiar los hábitos alimenticios. Entre mangos, sandías, peras, toronjas, tamarindos y naranjas, existe un universo de posibilidades para crear recetas sanas y muy nutritivas.
No debemos seguir bebiendo gaseosas con hielo, sabiendo las nefastas consecuencias que produce en el organismo. Ya es hora para despertar de la locura contemporánea, y decirles NO a las gaseosas que venden las marcas comerciales. Es una decisión personal que invita a reflexionar sobre el fatal consumismo que impera en el siglo XXI, y así obtener una conciencia social que priorice la reinvención del ser y bebamos el agua de la vida.