El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola Mundial ha logrado un importante hito al invertir en el desarrollo del medio rural. Esto demuestra su compromiso con la mejora de las condiciones económicas y sociales en las comunidades rurales más desfavorecidas del mundo. Las inversiones están siendo dirigidas hacia la mejora de la producción alimentaria, la capacidad de enfrentar al cambio climático y del acceso a conocimientos, mercados y tecnologías, mejorando así la vida de millones de familias en zonas rurales. Durante el período de 2019 a 2021, las inversiones realizadas por el Fondo Mundial tuvieron un impacto positivo en la vida de unos 77 millones de personas que residen en zonas rurales al aumentar sus ingresos. Además, su seguridad alimentaria se vio beneficiada llegando a mejorar la calidad de vida de aproximadamente 57 millones de personas. La meta es conseguir que las naciones de ingresos bajos y medios tengan acceso a la financiación necesaria para alcanzar un desarrollo sostenible, realizar una transición hacia un modelo con cero emisiones y adaptarse al cambio climático.
Las naciones en desarrollo necesitan un mayor acceso a esquemas de financiación concesionales. Las organizaciones multilaterales han de optimizar sus balances generales, ofrecer financiación en condiciones más favorables y contar con los instrumentos adecuados para hacer frente a las nuevas dificultades que surgen, Los países desarrollados también deben ser consecuentes a la hora de dotar con recursos a los organismos multilaterales para que estos puedan alcanzar resultados en el ámbito del desarrollo, reducir el hambre y la pobreza.
Es importante que las inversiones del sector privado se movilicen para lograr tanto los Objetivos de Desarrollo Sostenible como las metas establecidas en el Acuerdo de París acerca del cambio climático.
Para alcanzar el objetivo de erradicar el hambre para 2030 y mitigar los efectos del calentamiento global, es necesaria la colaboración entre sectores. El sector público no posee los recursos suficientes que se necesitan para este propósito. Además, se ha observado que los pequeños productores reciben menos del 2% de la financiación mundial disponible para atender cuestiones ambientales relacionadas con el clima y otros como en Ecuador no recibe ningún apoyo.
Los pequeños productores son cruciales para la seguridad alimentaria mundial y la estabilidad económica. Son responsables de producir un tercio de los alimentos que se consumen en todo el mundo, y hasta el 70% en países de ingresos bajos y medios. Por eso, su papel es fundamental para garantizar el acceso a una alimentación adecuada a nivel global. Desafortunadamente, muchas personas a menudo experimentan los efectos devastadores de la pobreza y la inseguridad alimentaria. En los países en desarrollo, la mayoría de la población más pobre, que es el 80%, reside en áreas rurales. Además, se estima que alrededor de 3 mil millones de personas viven en zonas rurales y ya están experimentando los impactos del cambio y eventos climáticos extremos.