Decenas de millones de personas se han sumado a participar de manera virtual y presencial en actividades, eventos y todo tipo de iniciativas alrededor del mundo, para recordar el 51 Aniversario del Día Mundial del Ambiente, establecido por primera vez por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972. Pero solo celebramos y recordamos el Día Mundial del Ambiente, pero no cumplimos, las recomendaciones de la ONU en su resolución del 15 de diciembre de 1972, que el 5 de junio de cada año se realicen actos para sensibilizar a la población mundial, en relación a temas ambientales, cuyos objetivos principales son: motivar a las personas para que se conviertan en agentes activos del desarrollo sustentable y equitativo; promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud para respetar a la naturaleza, con eventos múltiples: conciertos, ecológicos, ensayos, competencias de afiches en todas las instituciones educativas, promover la siembra de árboles, campañas de reciclaje, limpieza en sus localidades, en fin todo lo que la iniciativa humana pueda realizar en favor de la conservación de la naturaleza, convirtiéndose en artífices del desarrollo intelectual, moral, social y espiritual.
En el 2023 el tema se centrará en el flagelo de la contaminación por plásticos que es un peligro visible que afecta a todas las comunidades del mundo, entonces se invita a todos los sectores, tanto a gobiernos y empresas como a la sociedad civil, a que participen en conjunto de este día para encontrar soluciones y velar por que se cumplan.
También en 2023, y en tiempos de crisis motivadas por las dificultades ecológicas y el cambio climático, es importante incluir a la comunidad en la toma de decisiones y en la implementación de políticas y medidas sostenibles. La democracia abierta y las asambleas ciudadanas son esenciales para promover la participación y garantizar que las políticas reflejen las necesidades y preocupaciones de todos los miembros de la comunidad. Esto no solo es crucial para la toma de decisiones, sino que también lo es para la ejecución y el seguimiento de las medidas adoptadas. Así, puede ser útil para identificar soluciones creativas y accesibles para reducir la huella de carbono, promover la conservación de la biodiversidad y proteger los ecosistemas. Además, contribuye a aumentar la confianza en las instituciones y a la cohesión social, lo cual puede ser especialmente valioso en tiempos de incertidumbre y crisis.
Pero han pasado 51 años de celebraciones sobre el cuidado del ambiente y solo pocos países han tomado con seriedad este compromiso, con cambios en el diseño curricular educativo para todos los niveles, la promulgación de leyes severas para quienes atenten contra la naturaleza y el ambiente, de manera especial socializando los daños que hemos causado al planeta para ponerle en condiciones irreversibles que llevaría a la extinción de la humanidad.