El colectivo Yasunidos ha llevado a cabo un esfuerzo sin precedentes para salvar el Parque Nacional Yasuní en Ecuador. Este lugar, conocido por su rica biodiversidad, ha sido amenazado por la extracción de petróleo en la región desde hace décadas. Para hacer frente a esta situación, Yasunidos optó por una solución innovadora: llevar a cabo una consulta popular ciudadana en 2007 para dejar el petróleo bajo tierra. Esta iniciativa inspiró a otros movimientos que se oponen al extractivismo alrededor del mundo.
A pesar de las dificultades que se han presentado en el camino, la propuesta de dejar el petróleo bajo tierra sigue en pie y enfrenta un momento crítico, pero también lleno de esperanza. En 2013 y 2014, Yasunidos recolectó 757,000 firmas para solicitar la realización de una consulta popular ciudadana. Sin embargo, la consulta no se pudo llevar a cabo debido a que el organismo encargado de verificar las firmas alegó que no se había alcanzado el número de firmas requeridas legalmente. Desde entonces, han pasado diez años de litigios que han impedido que la consulta se realice, lo que recientemente se ha reconocido como un fraude electoral.
La propuesta de dejar el petróleo bajo tierra no contó con la suficiente voluntad política, ni a nivel nacional en Ecuador ni internacionalmente. A pesar de las oportunidades para compensar económicamente al gobierno ecuatoriano para que mantuviera el petróleo del campo Ishpingo, Tiputini y Tambococha, (ITT) en la selva, gobiernos e instituciones de todo el mundo no han apoyado esta iniciativa.
Desde entonces, los anteriores presidentes Rafael Correa y Lenin Moreno, así como el actual Guillermo Lasso, han hablado de proteger la biodiversidad del Yasuní y de los pueblos indígenas que lo habitan, pero estas afirmaciones no han impedido la extracción de petróleo y los impactos negativos que esto ha causado en la región.
Es importante destacar que la extracción de petróleo en el campo ITT no es la solución para erradicar la pobreza en Ecuador. Los ingresos generados por la extracción de petróleo han sido mal utilizados y han favorecido a unos pocos, en lugar de mejorar la situación de la población. Además, el dinero puede ser obtenido de otras fuentes sin violar los derechos humanos y los derechos de la naturaleza en el Yasuní.
Una vez que se despeje el camino para llevar a cabo la consulta popular ciudadana, se podrá avanzar hacia el objetivo de proteger la biodiversidad y promover la justicia climática e intergeneracional en el Yasuní. Esta iniciativa también ayudará a prevenir el genocidio de los pueblos indígenas que aún viven en aislamiento en la región.
En resumen, el colectivo Yasunidos ha trabajado incansablemente para proteger el Yasuní y ha propuesto soluciones innovadoras para lograr este objetivo. A pesar de las dificultades que han enfrentado, la propuesta de dejar el petróleo bajo tierra sigue viva y se espera que se pueda llevar a cabo la consulta popular ciudadana para avanzar en la protección de la biodiversidad.