Parece mentira que, para producir 1 kilo de carne de res, se necesiten 16.000 litros de agua y solo 1000, litros para producir 1 litro de leche y así para otros alimentos se requieren mucho menos del líquido vital. Las ciencias ambientales señalan que cada vez es más evidente como el apetito humano de carne animal agrava la mayoría de los problemas ambientales, ahí está la deforestación, la erosión, la escasez de agua potable, la contaminación atmosférica y del agua, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, por consiguiente, la demanda de carne se ha multiplicado por cinco, lo que ha aumentando la presión sobre la disponibilidad de agua, tierras, pastos, fertilizantes, energía, la capacidad de tratamiento de residuos y la mayor parte de los limitados recursos del planeta.
El agua dulce, de la misma manera que la tierra, parecía inagotable durante los primeros 10 mil años de la civilización, así que parece no importar cuánta agua consume una vaca; pero hace algunos años, los expertos calcularon que los seres humanos consumimos la mitad del agua dulce disponible en el planeta, dejando la otra mitad a dividir entre un millón o más especies y debido a que dependemos de muchas de esas especies para nuestra propia supervivencia ya que suministran todo el alimento que comemos y el oxígeno que respiramos entre otros servicios, ese acaparamiento del agua, se descubrió que el uso más importante se debe a los animales que criamos para carne y una de las maneras más fáciles para reducir la demanda de agua es consumir menos carne de res.
Organizaciones mundiales sostienen que la cantidad de proteína vegetal usada para alimentar al ganado para producción, puede alimentar a unos dos mil millones de personas; sin embargo se estima que existe en nuestra dieta, aproximadamente un 95 por ciento de residuo de pesticidas proveniente de carnes rojas, pescado y productos lácteos; el pescado en particular contiene elementos cancerígenos como pesticidas insecticidas y metales pesados como mercurio, arsénico, plomo y cadmio los cuales no pueden ser eliminados con el proceso de cocción o congelamiento; tanto la carne como los productos lácteos están también relacionados con esteroides y hormonas perjudiciales.
En el Ecuador tenemos una preferencia singular por consumir carne de res, sin embargo, de disponer de otras especies que se requiere menos cantidad de agua para su producción: como aves, cerdos, corderos, peces de agua dulce, sobre todo una riqueza inmensa de proteína vegetal.