Los impactos negativos del clima no se pueden subestimar: el derretimiento de los glaciares, el aumento del nivel del mar y las temperaturas, las olas de calor y la pérdida de especies animales se conoce a diario. Otra consecuencia del cambio climático son las sequías severas, que según los científicos pueden conducir a la deforestación masiva, lo que empeora aún más las sequías. Una sequía es un tipo de desastre natural en el que el ambiente es más seco de lo habitual. Las áreas que sufren una falta crónica de agua, durante días, meses o años, tienen menos humedad que en condiciones normales.
Los efectos más dañinos que las sequías tienen sobre el ambiente incluyen la mala calidad del agua y del aire; escasez de agua potable; la propagación de enfermedades; posibles brotes de insectos; la destrucción de especies acuáticas y sus hábitats; malas cosechas, escasez de alimentos y un mayor número de incendios forestales.
Mientras tanto, la deforestación puede ser perjudicial para ecosistemas enteros. Puede conducir a la extinción o poner en peligro a los animales y plantas; la liberación de grandes cantidades de CO2 a la atmósfera; cambios en los patrones de lluvia y clima; y la destrucción de paisajes naturales a menudo irreparables. Una región vulnerable del mundo que enfrenta sequías y deforestación es la selva amazónica; que sufre lluvias reducidas, lo cual es crítico para su supervivencia cuando ocurre la deforestación.
Algunos científicos creen que la deforestación causada por el hombre perturba y daña el medio ambiente, donde las sequías severas son inevitables, debido a que los árboles juegan un papel trascendental en el ciclo del agua de un área en donde la deforestación puede causar inundaciones y sequías. Si hay exceso de lluvia y no hay suficientes árboles que actúen como esponjas, el agua no puede ser retenida y se producen las inundaciones.
Los ecosistemas de bosques y pastizales están sujetos a varios cambios fisiológicos y estructurales en áreas donde las sequías estacionales son comunes. Los lugares donde son menos comunes no pueden adaptarse a las posibles condiciones secas. La tala de bosques en regiones más altas está provocando una falta de lluvia lo que causa sequías. Este hecho afecta la capacidad de los agricultores para producir alimentos para sus comunidades y ganarse la vida. Sin embargo, con políticas efectivas es posible evitar la deforestación y sus impactos negativos sobre el medio ambiente y la salud pública.
Como beneficio adicional, podría haber menos sequías si se detiene la deforestación. Si las sequías se vuelven menos frecuentes, los bosques pueden sobrevivir, expandirse y cubrir más tierra. Luego pueden proporcionar recursos esenciales, facilitar la biodiversidad y sustentar los medios de vida de las comunidades rurales.
Una cosa es segura: a medida que el ciclo de retroalimentación sequía deforestación continúa contribuyendo al empeoramiento del medio ambiente natural, necesitaremos leyes fuertes y acciones drásticas para detener el desastre.