Los plásticos son esenciales para fabricar productos durables y de alto rendimiento. Pero también están acelerando la crisis ambiental, tanto por los combustibles fósiles que se usan para hacer el plástico como por la contaminación que se acumula al desecharlo. En este sentido, una empresa fabricante de ropa, nos proporciona luces de cómo funciona y lo que se puede hacer para frenar de alguna manera su impacto.
La fabricación de vestuario tiene un serio problema de uso del plástico. Sin embargo, aunque la ropa sea un artículo de primera necesidad no existe una consciencia general de la huella que deja la industria textil en el planeta.
Las fibras plásticas, también conocidas como sintéticas, son literalmente los hilos que mantiene unida a la industria del vestuario con las del petróleo y el gas. La mayoría de las fibras plásticas comienzan como petróleo crudo, el que se destila en químicos como el acetileno, los que luego se calientan y transforman en todo lo que usamos, desde botellas de plástico de un solo uso hasta las fibras de la ropa como el poliéster.
Las Naciones Unidas estima que el 60 por ciento de la ropa está hecha de estos tipos de fibras plásticas. Para 2030 se espera que alcance el 73 por ciento. Esas son buenas noticias para las grandes petroleras y las gasíferas; a medida que los transportes se alejan de los combustibles fósiles, los expertos dicen que el plástico se convertirá en una lucrativa forma para la industria de mantener su demanda.
Pero el problema va más lejos que el uso del petróleo como fuente de materia prima. Quemar combustibles fósiles para crear esos materiales sintéticos es un gran contribuidor a los gases de efecto invernadero. Esas emisiones calientan el planeta, incrementan la acidificación de los océanos y liberan contaminantes dañinos y tóxicos en el aire. Cada pieza de plástico que se ha hecho aún está en el planeta y durarán cientos de años antes de degradarse, mientras sus micropartículas estarán en el agua potable, en los ríos, lagunas, océanos, probablemente en todos los alimentos y medicinas.
Las fibras de plástico presentes en la ropa y equipamiento sintéticos persisten de forma indefinida en el ambiente a no ser que hayan sido incineradas o lanzadas al espacio en un satélite o una nave espacial. Menos del 10 por ciento del plástico en los Estados Unidos se recicla en la actualidad, 16 por ciento es incinerado y el resto se acumula en vertederos, liberando gases de efecto tóxico, impactando sobre los hábitats de la vida silvestre y poniendo al aire y el agua bajo amenaza.
En nuestro país desde hace años se elaboró una ley para limitar los plásticos de un solo uso, pero hasta el momento no hay autoridad que haga cumplir este mandato urgente, mientras nos envenenamos y observamos residuos plásticos por todo lado