El debate público generado por las granjas agrícolas y ganaderas trae asociado la gestión de los excrementos que producen los animales que de hecho tienen un tratamiento complejo. Asimismo, se busca recursos que recuperen, tanto en materiales como en energía. Actualmente existen diversas tecnologías para el procesado de los excrementos del ganado que permitan recuperar productos de valor; su viabilidad depende, en gran medida, de las características fisicoquímicas de los restos.
Existen tecnologías en diferentes fases de desarrollo, algunas de ellas como el compostaje, la digestión anaerobia, separadores sólido y líquido, tecnologías de absorción, están ampliamente estudiadas, por lo que también podrían considerarse como tecnologías probadas y validadas para el tratamiento de excrementos ganaderos; sin dejar de mencionar los tratamientos con microalgas, la fermentación en estado sólido, la carbonización hidrotermal, entre muchos otros. De manera complementaria, se están desarrollando tecnologías que persiguen también la recuperación de agua para reutilizarla en otros usos dentro de la cadena de valor agroalimentaria, tanto en irrigación como, en acciones de limpieza.
El sector ganadero siempre ha sido muy consciente de la necesidad de su desarrollo sostenible, pero no siempre se ha conseguido lograr en la medida que era necesario. Producir alimentos implica utilizar el territorio y recursos, por lo que es muy importante que se haga de manera sostenible, ya que, de otro modo, el impacto ecológico de este sector tendría un peso enorme en el contexto ambiental
Las defecaciones de los animales no son un problema, el problema es tener un exceso sin procesar para aplicar como fertilizante, existen distintos tipos de defecaciones ganaderas como purines, estiércoles o gallinaza. Cada uno de ellos puede dar lugar a diferentes productos como biofertilizantes o bio estimulantes; en este último caso, la combinación de subproductos con defecaciones ganaderas consigue incrementar notablemente la producción de biogás y, también la rentabilidad de la planta de tratamiento. Estos procesos están enfocados en generar nuevos bio productos para los sectores químico, bioplásticos, agroalimentario, fertilizantes, y embalajes; se plantea como una solución innovadora a escala real para valorizar en origen los tres excrementos ganaderos más significativos el purín de cerdo, el estiércol de vaca y la gallinaza.
El objetivo es poder recuperar recursos, especialmente nutrientes, a partir de las defecaciones del ganado, del porcino y aviar. De este modo conseguimos obtener cinco productos fertilizantes de gran valor añadido, así como agua que puede ser reutilizada y energía, completando una aproximación de residuo cero.
Esta solución para el tratamiento de purines supone un paso más hacia la bioeconomía circular ya que se obtienen biofertilizantes de base biológica seguros, comercializables; pero es necesario que el Estado apoye tecnológicamente a los pequeños ganaderos y agricultores que se encuentran abandonados causando desperdicio y contaminación.