La Hora del Planeta une no solo a los ciudadanos,sino a empresas, ayuntamientos e instituciones para luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.Con los años se ha convertido en un fenómeno internacional del que ya forman parte miles de ciudades de casi 200 países, que en pasadas ediciones apagaron más de 17.000 monumentos y edificios tan emblemáticos como la Torre Eiffel o el Coliseo.
Este movimiento mundial contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad nació en Sídney en 2007 como un gesto simbólico para llamar la atención sobre el problema del cambio climático. Un símbolo con el que asociaciones ecologistas, quieren recordar que la naturaleza es el sistema de soporte vital del planeta, que nos brinda todo lo que necesitamos, desde el aire que respiramos hasta el agua que bebemos y los alimentos que comemos y que debemos defenderla ahora para salvaguardar la salud de nuestro planeta y a su vez, nuestra propia salud y bienestar.
El 2021 fue un año decisivo para la protección de la naturaleza. Un año, para recordarles a los líderes mundiales que tomarán decisiones políticas claves sobre la acción climática, el desarrollo sostenible y la naturaleza. Así en la ciudad china de Kunming la cumbre sobre Biodiversidad, que estaba prevista para octubre de 2020 y fue suspendida por la pandemia, pero en la reunión posterior juntamente con la Cumbre sobre el Clima, en Glasgow (Inglaterra), serán dos momentos cruciales para lograr un plan global ambicioso respecto al medio ambiente para transformar la relación de la sociedad con la biodiversidad y garantizar que, para el 2050, se cumpla la visión compartida de vivir en armonía con la naturaleza.
Llega la Hora del Planeta, el evento climático más esperado del año. La campaña invita a la población, organizaciones, empresas y gobiernos a que apaguen las luces de sus casas, oficinas, edificios, construcciones y monumentos durante una hora. Sumado al apagón, la Hora del Planeta, organizada por El Fondo Mundial para la Naturaleza, propone diferentes actividades en distintos países, y también habrá algunas iniciativas regionales. La hora elegida es las 20.30 (hora local de cada país).
Este llamado global que se realiza el último sábado de marzo desde hace más de una década reclama a los líderes del mundo que asuman responsabilidades para enfrentar, entre otras causas, el cambio climático, disminuir los residuos plásticos y revertir la pérdida de biodiversidad. Con evidencias que apuntan a una estrecha relación entre la destrucción de la naturaleza y la creciente incidencia de brotes de enfermedades infecciosas como el COVID-19 y otras enfermedades.
Finalmente, en nuestro país y específicamente en nuestra ciudad, pese a que se ha difundido por casi todos los medios de comunicación el pedido que se apaguen las luces innecesarias por una hora, solo en Quito y Guayaquil se cumplió este compromiso.