Las personas que experimentan tensiones más fuertes o sufren de estrés crónico, pueden sufrir graves problemas a nivel físico y emocional. Si el estrés no se trata y controla, se pueden ver afectados distintos órganos que disminuyen la calidad de vida, por lo que se debe prestar atención a los cambios en nuestra salud. Las consecuencias del estrés, debido a la tensión y ansiedad, son diversas y varían en cada caso. Pueden presentarse solas o combinadas, en mayor o menor intensidad.
El estrés se define básicamente como tensión, que puede ser física o emocional, manifestada en nuestro cuerpo; se trata de una reacción del organismo ante algún tipo de alarma, desafío o demanda. El origen del estrés es psicológico y varía según cada persona; según sus síntomas generales son similares en todas las personas, pueden describirse como un estado de tensión y ansiedad que genera distintos malestares.
El estrés aparece como una reacción del cuerpo ante diferentes situaciones o pensamientos, provocados en su mayoría por la frustración, preocupación y miedo. Puede ejercer una tensión constante sobre el corazón, que se ve afectado por el aumento de la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos en la sangre.
El efecto del estrés sobre la piel se hace evidente con brotes de acné o erupciones de otro tipo, básicamente la tensión ocasionada por el estrés provoca una respuesta inflamatoria en el cuerpo que lleva a la obstrucción de poros ocasionando erupciones cutáneas, con acumulación purulenta.
Durante los períodos de estrés, ciertos linfocitos se extienden por el hígado y en algunos casos contribuyen a la destrucción de células hepáticas produciendo el mal funcionamientos del hígado.
El estrés genera hormonas que influyen sobre la corteza cerebral que controla acciones como la memoria y toma de decisiones; si ésta emoción se experimenta de forma crónica, puede deteriorar las habilidades mentales como la atención y concentración.
Durante un suceso estresante, el sistema nervioso central ejerce influencia directa a través de las hormonas sobre la región del colon, razón por la que se presentan síntomas como la inflamación, dolor y gases que en general afecta los procesos digestivos. Debilita las funciones de los pulmones y podría existir una relación entre el estrés, el asma y la capacidad de mantener equilibrio.
El estrés puede causar irregularidades en los ojos, el cual se produce en un pequeño músculo que sirve para elevar el párpado. Sin embrago, no es todo, ya que puede causar inflamación y visión borrosa. Y sobre nuestros riñones, el cortisol ocasiona la excreción de fosfato en ellos y en concentraciones altas, pueden provocar retención de sodio y fluidos.
Uno de los beneficios del estrés, es que nuestro cuerpo reacciona cuando nos encontramos ante situaciones de peligro o riesgo generando hormonas que nos ponen en guardia, pero estar en constante alerta no es bueno para nuestra salud.