Por: Dr. Luis Reinoso
El 2021 fue declarado, el Año Internacional de las Frutas y las
Verduras, por la Asamblea General, de la ONU, para promover el aumento
del consumo de estos grupos de alimentos, reducir el impacto ambiental
y fomentar estilos de vida más saludable.
Las frutas y verduras son fundamentales para una dieta sana y variada,
proporcionan al cuerpo humano abundantes nutrientes, refuerzan el
sistema inmunológico y permiten reducir el riesgo de contraer varias
enfermedades. Sin embargo, a pesar de estos enormes beneficios, no
consumimos en cantidades suficientes a pesar de que éstas contribuyen
a los sistemas alimentarios en la lucha contra el hambre, la
eliminación de la pobreza y la protección del planeta.
Hoy en día, factores como el crecimiento de la población, el aumento
de la urbanización, la creciente escasez de recursos naturales, la
contaminación agrícola, los altos niveles de pérdida, el desperdicio
de alimentos y los efectos del cambio climático, ponen de manifiesto
la fragilidad de nuestros sistemas alimentarios.
Según el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura, tres de cada cuatro muertes en América
Latina y Caribe son causadas por enfermedades no transmisibles
generadas por el sobrepeso y obesidad tales como: padecimientos
cardiovasculares, cáncer y diabetes; por estas razones se debe
fomentar dietas saludables a base de frutas y verduras para reducir la
ingesta de alimentos con altos niveles de grasas, azúcar, sal y
calorías, que son los principales factores de riesgo de enfermedades
no contagiosas.
La producción de estos alimentos también ofrece oportunidades para
aumentar la eficiencia del uso de la tierra, el agua y otros insumos
agrícolas. En comparación con otras categorías de productos
alimenticios como lácteos, pescado, cereales, etc., pero no podemos
desconocer que las frutas y verduras también sufren niveles altos de
pérdida y desperdicio desde la producción hasta el consumo.
Nuestro país es productor de una extensa variedad de frutas y verduras
durante todo el año, que aporta a otros países, pero la pandemia de
Covid-19 afectó las cadenas de suministro de alimentos, elevando el
riesgo de pérdida y desperdicio de estos productos perecibles como
frutas, verduras, pescado y leche, debido a retrasos en la producción,
entrega y la escasez de mano de obra, por lo que los gobiernos a
nivel nacional y locales deben proporcionar el apoyo tecnológico y
financiero a los productores, así como la necesidad de implementar
medidas apropiadas, incluida la bioseguridad, para salvaguardar los
alimentos.