Todos sentimos un temor infundado a las bacterias, pensamos que son las causantes de toda clase de enfermedades, pero en la realidad no es así, se dice que de cada siete mil clases de bacterias solo 5 causan infecciones o enfermedades a los seres humanos, el resto cumplen múltiples beneficios en el suelo, en el agua, en las plantas, en los animales y en el mismo ser humano, a tal punto que se preparan substancias conocidas como alimentos probióticos que realizan acciones valiosas en el organismo.
Existen miles de bacterias que se encuentran dentro del tracto digestivo, urinario y genital de nuestro cuerpo, así: el caso de los lactobacilos que cumplen funciones digestivas protectoras como el síndrome del colon irritable, o también previenen algunas infecciones y trastornos que están relacionados con la dermatitis de la piel: otras centenares están en el yogurt, la crema agria o en el suero de leche que suelen bajar el pH, que reducen el riesgo del crecimiento de otros organismos, previniendo de esta manera, infecciones gastro intestinales, además múltiples beneficios de bacterias que en general evitan la colitis ulcerosa, el estreñimiento, la diarrea infecciosa o protegen el sistema inmune; otras estimulan la producción de anticuerpos que ayudan las defensas; en términos generales regulan el proceso digestivo, también participan en la síntesis de nutrientes como vitaminas, nos protegen de agentes tóxicos, en el intestino y las vías urinarias.
Con todos estos argumentos los laboratorios de investigación han creado productos conocidos como Probióticos que son microrganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un efecto beneficioso sobre la salud del huésped.
En los últimos años se ha puesto mayor empeño en la investigación de los probióticos, así como un creciente interés comercial en el concepto de alimentos probióticos El consumo de estos microorganismos puede realizarse mediante dos vías fundamentales: La primera y más recomendada por ser completamente natural, es a través de la ingestión de alimentos probióticos: yogurt natural, col fermentada, chocolate negro, sopa de pasta de soya, aceitunas, entre otros productos fermentados. La segunda, es el uso de suplementos probióticos, que se ofrecen en distintas presentaciones como: pastillas, polvo o cápsulas.
Las afirmaciones de que la ingestión regular contribuirá a un estilo de vida saludable promueven el bienestar general y protegen o reducen el riesgo de desarrollar problemas gastrointestinales, respiratorios o cardíacos crónicos a largo plazo, ha inducido a muchas personas a realizar un consumo regular de estos productos.
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