OPINIÓN
Mgs. Eduardo Guerrero
La saturación de información con respecto a las causas y la incidencia del Coronavirus, inunda a la sociedad; sobre todo por las redes sociales, donde cada persona puede compartir información. Recibimos tantos mensajes que muchos parecen realidad y nos desesperan.
La Organización de las Naciones Unidas, ONU, advierte que la INFODEMIA o sea la epidemia de la desinformación, es más letal que el mismo coronavirus, porque causa pánico y confusión en la población. Circula gran cantidad de información falsa, equivocada y maliciosa; “una mentira repetida varias veces se hace verdad” porque así es la sicología del ser humano; las noticias falsas producen emociones.
Cada uno de nosotros somos causantes, cómplices y encubridores de esta epidemia de la desinformación cuando recibimos y compartimos todo lo que nos llega sin verificar si es realidad o mentira. También cuando en nuestras conversaciones cotidianas, comentamos hechos que no son reales, inclusive aumentando o sobredimensionando.
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Es el momento de ser portadores de paz y confianza, acudiendo a las fuentes oficiales, nos guste o no nos guste; los miembros del gobierno o de otras instituciones serias; son los canales confiables. Los periodistas y comunicadores, por preservar su vida y la de sus familiares, tienen limitaciones para hacer un periodismo investigativo. Esta pandemia asomó de improviso sin dar tiempo a nada.
Nos toca recuperar el principio de la realidad, volver a la realidad para proyectarla en nuestros ambientes y por las redes sociales. Quizá un poco difícil pero no imposible. El Consejo de la Información y Comunicación, CORDICOM, genera unos consejos para hacer frente a la INFODEMIA, la epidemia o el virus de la desinformación:
1. Mantener una actitud crítica, preguntarse si es cierta. 2. Detener el rumor, porque la masa no reflexiona sino actúa por impulso. 3. Dudar de cualquier rumor que tenga fuentes anónimas y antes de seguir la cadena, verificar de dónde viene. 4. Desconectarse por momentos de las redes sociales. 5. Mantenerse alerta de los contenidos de origen desconocido. 6. Tener la cabeza fría antes de compartir cualquier información. 7. Parar el conflicto, no difundir información dudosa. 8. Reflexionar antes de publicar rumores que causen pánico, ansiedad y desesperanza.
Seamos constructores de paz y esperanza; personas que difundimos positivismo.[O]