Luego de un fructífero esfuerzo de diálogo nacional convocado por el Presidente Moreno a pocos días de iniciado su mandato, que involucró a más de 25.000 personas representadas por 6.000 organizaciones sociales, campesinos, trabajadores, agricultores, empresarios y muchos más, se recogieron más de 4.000 propuestas que abarcaron 180 temáticas productivas.
Dos años más tarde, el presidente de la República ha convocado a los actores de la sociedad para llegar a un GRAN ACUERDO NACIONAL. Propone abarcar temas como educación, seguridad social, competitividad, innovación y generación de empleo, democracia, sostenibilidad y cambio climático, y seguridad ciudadana. Espera alcanzar acuerdos en 45 días.
Parecería más bien una invitación a acordar un PACTO SOCIAL, que en un período de TRANSICIÓN de un modelo político fracasado como el Socialismo del Siglo XXI, hacia un modelo sostenible en el tiempo, puede ser muy oportuno. Así ha ocurrido en momentos históricos en países que se encontraban en un punto muerto, por diversas razones, como Chile, Colombia, Uruguay, Dinamarca, Noruega, Finlandia, Suecia.
Se pueden construir pactos para fines específicos como los enunciados anteriormente. En este caso, la sociedad ecuatoriana estaría en la búsqueda de definir su futuro de mediano y largo plazo, estableciendo grandes objetivos que marcarían el rumbo de la gestión pública, independientemente de quienes gobiernen en un momento dado.
El primer reto presentado es enfrentar las trabas legales para la creación de fuentes de empleo que evidentemente se han congelado por 12 años. Tres tibias propuestas para: alivianar la pesada carga a empleadores emprendedores que no tengan éxito en sus primeros 3; flexibilizar las rígidas 40 horas semanales de labor para acomodar a necesidades específicas, previo consentimiento de las partes; y alargar el tiempo de prueba de un trabajador de 3 a 12 meses, han causado gran revuelo en los sindicalistas que defienden los privilegios que han impedido nuevas contrataciones.
Es justo y necesario que lleguen a la mesa de discusión los que NO tienen el privilegio de tener un empleo adecuado, y expresen sus opiniones para alcanzar acuerdos inclusivos de largo plazo que abran oportunidades para el SESENTA POR CIENTO de la fuerza laboral.
¡SEAMOS CAPACES DE ACORDAR EL PRIMER PUNTO DEL PACTO SOCIAL! [O]
Por: Alberto Salvador
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