Hoy quisiera invitarle a una reflexión en torno al 3 de mayo declarado desde 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas como Día Mundial de la Libertad de Prensa, con la idea de «fomentar una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática».
En este día en particular recordé por que mis primeros pasos en el periodismo, recuerdo siempre mi primera lección, aquella de hacer carne que el derecho de todas y todos a la libre expresión, esta posibilidad de decir lo que se piensa y se siente a sabiendas que las palabras tienen el poder de construir o destruir, y la gran responsabilidad que conlleva esta libertad; tal como lo sentenciara aquella famosa cita «Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo» cuya autoría se debate entre Voltaire y Evelyn Beatrice Hall, pero que capta la esencia de lo que trata la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo.
¿Pero en estos nuevos escenarios rodeados de todo un avance tecnológico y luego de años de luchas sociales vivimos una real libertad de expresión?, somos libres de decir lo que sentimos y pensamos sin ser juzgados? ¿Existe esta real posibilidad de en los espacios que nos desempeñamos que nuestras palabras sean libres?, y si no estamos con quienes tienen el poder y un día se nos ocurre disentir contra todo un sistema, ¿hay las garantías para hacerlo? Son las preguntas que nos deberían dar una real medida si estamos viviendo o no en libertad de expresión.
¿No quisiera concluir sin que también reflexionemos del otro lado, sí, aquel lado obscuro, aquel cuando nos juzgan, inventan, ofenden, presumen, suponen y publican en nombre de la libertad de expresión, aquel que da permiso de decir desde la postura de cada persona palabras crueles que destruyen, solo por su derecho a expresarse libremente, no le ha pasado?
En fin, hoy recuerdo y me lleno de los mejores sentimientos como el primer día que tome la hermosa decisión de ser periodista, a ser una obrera de la palabra desde el derecho a la libre expresión, siempre consiente que toda verdad se construye desde escuchar a todos incluso a quienes no piensan como yo y a defender este derecho que claramente reza; «Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión».
Finalizo compartiendo la cita de António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, que en este día en particular nos invita a pensar que «Ninguna democracia está completa sin acceso a información transparente y fidedigna, que es el pilar clave para crear instituciones justas e imparciales, hacer que los líderes rindan cuentas y decirle la verdad a las autoridades». [O]
Por: Lcda. Lorena Álvarez G.